Ludwig Wittgenstein tuvo cuatro brillantes hermanos mayores que él, tres de los cuales habrían de suicidarse, un talismán al que Ludwig se aferró el resto de su vida. Destinado a ser el miembro útil de la familia, comenzó por estudiar aeronáutica en Manchester, pero los problemas matemáticos del estudio de las hélices le fascinaron tanto que, en 1911, viajó a Cambridge para discutirlos con Bertrand Russell. Allí y entonces abandonó la ingeniería y se decidió por un futuro en filosofía.
Una introducción y un epílogo sitúan la obra de Wittgenstein dentro del panorama de la filosofía; también se ofrece una completa lista cronológica. Finalmente, el autor destaca algunos de los argumentos clave con una selección de citas de las Investigaciones filosóficas y del Tractatus Logico-Philosophicus.