La desglobalización es un proceso que nos atañe a todos, pues significa la protección de los trabajadores del Norte y del Sur; significa optar por salarios dignos y protección social en vez de por los dividendos bursátiles. Supone la conversión ecológica del sistema productivo y la revolución industrial verde; el retorno de las fábricas deslocalizadas a sus países de origen y recuperar nuestro destino.
Entre otras afirmaciones, Montebourg sostiene que: El error del libre cambio ha abierto también la tumba de la política; la muerte lenta del derecho de los pueblos a elegir libremente su fiscalidad, su derecho al trabajo y su nivel salarial.