La existencia humana tiene un carácter necesariamente de diálogo y sólo es posible en relación con los demás. De ahí la necesidad de analizar nuestros actos sociales, nuestros regímenes políticos y el encuentro entre culturas, nuestra capacidad de imaginar obras, sentidos, ideales, una espiritualidad, un cosmos.
Entre otros temas de este libro apasionante, Todorov se sumerge en la conquista de América, paradigma del descubrimiento del otro, y en la música de Mozart, la filosofía de La Rochefoucauld, las novelas de Stendhal o el teatro de Beckett, para rastrear los rasgos constitutivos de la dignidad humana. Y para demostrar que los valores humanistas no son una invención sino algo a redescubrir una y otra vez.