No se trata de preguntarle a Sócrates de qué lado debemos dormir, ni a Epicuro qué es lo que hay que comer por la mañana, ni a Séneca como gestionar nuestros ahorros. Se trata más bien de abordar de otra forma algunas experiencias de vida y de pensamiento, centrales para los griegos y los romanos, en las que todos podamos inspirarnos.
En un momento en que los cambios que estamos viviendo tienden a hacer olvidar las humanidades, los encuentros con la humanidad antigua deben multiplicarse ya que estos periplos por el pasado condicionan, en gran parte, nuestro porvenir.