Jamás en la historia de la humanidad se asistió a un choque generacional tan
peculiar como el que viven hoy los Baby-Boomer cincuentones y los Peter Pan
veinteañeros. Por primera vez los hijos tienen más conocimientos tecnológicos
que los padres, pero el mundo que éstos les dejan no los invita a crecer. La
generación de los Peter Pan se refugia en la Isla de Nunca Jamás, mientras los
Baby-Boomers navegan culposos en autoindulgencias sin convicciones.
No solo debemos analizar a los niños Peter Pan que todo lo tienen, sino a los
caídos de esta isla, sin hadas y sin pan, que se evaden la realidad aspirando
pegamento o fumando paco en las esquinas de la ciudad.
Entender esta generación es entender lo que va a venir.
La historia crea generaciones y las generaciones crean a la historia que hoy
estamos viviendo.