Y así, entre Trotski y Lowry, ejes de esta concisa novela río, van apareciendo en las páginas del libro la fotógrafa Tina Modotti; un Sandino que trabaja en Huasteca Petroleum y será después líder guerrillero en su Nicaragua natal; el enigmático Ret Marut, que ha llegado desde Europa, donde ha sido agitador político, y firmará con el seudónimo de B. Traven El tesoro de Sierra Madre; Antonin Artaud en busca de los tarahumaras, Diego Rivera, André Breton, Graham Greene, el poeta boxeador Arthur Cravan... Personajes en busca de un sueño, de un ideal.
Esta seductora novela se suma al ciclo de viajes narrativos por el mundo y la historia de Patrick Deville, del que también forman parte Peste & Cólera y Ecuatoria. En estas obras el autor va trazando un mapa de nuestro contradictorio mundo a través de personajes tocados por el genio o la locura. Y demuestra libro tras libro su maestría literaria. «Deville bulle, su escritura palpita, su sed de absoluto ha encontrado su objeto. Entre el idealismo político y el culto a la literatura, el escritor ha encontrado su volcán; jamás ha estado más cerca de sus obsesiones, fiel al desafío de dar vida y gloria a quienes sirven a una causa que ponen por encima de su propia existencia» (Valérie Marin La Meslée, Le Point). «No es la multitud de personajes lo que convierte Viva en un gran libro. Viva es un gran libro por la energía del gesto que lo concibe, un concentrado puro de Deville, con esa capacidad de pasear al lector por el mundo y por el tiempo. Sin perderlo jamás, arrastrándolo al vértigo y la ebriedad de un vals tan vivo que cada frase necesita de la siguiente para no perder el equilibrio» (Jean-Baptiste Harang, Le Magazine Littéraire). «El resultado es vertiginoso. La Historia se convierte en un juego teatral en el que las puertas se abren y se cierran, con encuentros y contactos que no llegan a producirse. Escrito con erudición, refinamiento y humor. Viva Deville» (Emmanuel Hecht, LExpress). «Un libro sobre el absoluto revolucionario y literario de una vertiginosa maestría» (Elisabeth Philippe, Les Inrockuptibles). «Un fresco deslumbrante» (Catherine Simon, Le Monde). «Un novelista fabuloso» (Le Figaro).