El libro. La primera noticia que yo tuve de Mercedes fue una vieja foto de formato ovalado y tonos de sepia en la que una mujer joven, de pie y elegantemente vestida, dejaba reposar una mano sobre el hombro de un hombre maduro, de mirada sombría y bigotes enhiestos, que permanecía sentado y mirando a la cámara desde un sillón de anea. Me llamó la atención la hermosura de la mujer, sus ojos muy negros, pero también muy tristes. Me dijeron que era Mercedes, a la vuelta de su viaje de bodas, en 1914. Más tarde supe que había muerto muy joven, de una anemia perniciosa, y decidí que aquella mujer había muerto de tristeza. Entonces me puse a seguir los pasos de su vida.
Sobre esta base construye el autor Viejas cartografías de amor, una novela que teniendo a esa joven mujer y a ese hombre maduro como eje central, se detiene en otras parejas que los rodean en la trama para poner de relieve la especial característica que tenía el amor en aquellos tiempos. Unas relaciones que tal vez no manifiesten mejor síntoma para mostrar su especial fisonomía que las cartas de amor. Una manera de comunicación entre los enamorados hoy en desuso pero que otorgaba a aquellos viejos amores su singular geografía. Cada capítulo de la novela comienza o acaba con una carta de amor.
Pero Viejas cartografías de amor es también la continuación de Una carta de santa Teresa, novela del mismo autor y publicada por Ediciones de La Discreta en el año 2005. Quienes hayan leído esta novela podrán reconocer el mismo pequeño y aparentemente tranquilo pueblo del interior de la isla Gran Canaria donde transcurre la trama, algunos de los personajes que allí eran protagonistas y la intriga que rodeaba a la vieja carta de santa Teresa robada y por muchos disputada. Y los que no hayan leído aún Una carta de santa Teresa tendrán ahora la oportunidad de hacerlo, animados por la lectura de esta nueva novela de Luis Junco.
El autor. Nacido en Las Palmas en 1949, Luis Junco ha vivido entre Madrid, donde acabó los estudios de ingeniería aeronáutica, profesión que ejerció en aquella ciudad hasta 1988. En esa fecha decide dar un giro radical a su carrera profesional y empieza a impartir clases de matemáticas y astronomía en enseñanza secundaria. Actualmente es profesor de matemáticas del I.E.S. Santa Brígida (Las Palmas).
Su trayectoria literaria comienza en 1983, cuando gana el Primer Premio de Novela Canaria, convocado por el Centro de la Cultura Popular Canaria, con la novela En algún lugar del océano sigue escondida América (Centro de la Cultura Popular, 1983). En 1986 obtiene el premio de novela corta que convoca la misma entidad con la novela Barranco viejo (Centro de la Cultura Popular, 1986), y en 1995 publica el libro de relatos El asesino de adelfas y otros crímenes de provincia (Libertarias-Prodhufi, 1995). En 1999 ve la luz su primera publicación en Edición de La Discreta, Las cartas americanas de Prudencio Armengol (Ediciones de La Discreta, 1999), a la que continuó Una carta de santa Teresa (Ediciones de La Discreta, 2005).
Después de volver a la isla de su origen -y precisamente a los mismos escenarios que describen sus novelas- en el año 2005, Luis Junco ha publicado el libro de relatos De amar y andar por casa (Ediciones Domibari, 2007) y el relato La cruz del inglés (Ediciones Cam-pds) dentro del conjunto Episodios Insulares. Y, claro, sigue escribiendo porque en ello le va la vida.
Luis Junco. Una carta de santa Teresa. Ediciones de La Discreta, 2005. 336 páginas. ISBN: 84-96322-06-8. 12 euros IVA incluido.
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El libro. En pocos días, Ediciones de La Discreta dará a la luz la última novela del escritor gran canario Luis Junco, Una carta de santa Teresa. Con ella, Luis Junco se descubre como uno de esos novelistas a los que la crítica y el público peninsulares no pueden dejar de prestar la más minuciosa atención. Porque Una carta de santa Teresa resulta ser el perfecto ejemplo de que el deleite y el aprovechamiento, como exigían los clásicos, no están en absoluto reñidos. Luis Junco ha sabido unirlos admirablemente, en un libro de amplias miras, ambicioso y profundo a la par que entretenido, construido a partir de una intriga de las que atrapan y enriquecen. Aunque tiene elementos de misterio, nada tiene que ver con las planas tramas de los best-sellers esotéricos de moda; pero al tiempo, aunque refina la inteligencia y la imaginación del más exigente lector, no es una novela densa y trabajosa.
Su trama se desarrolla a finales del siglo XIX, cuando la casual llegada de un joven médico aragonés a un hermoso y tranquilo pueblecito del interior de la isla de Gran Canaria lugar del que se convertirá en médico titular pronto pondrá de relieve que nada es lo que parece. Ni el azar ha gobernado la llegada del médico, ni la vida en el pueblo tiene la apacibilidad que aparentaba. Una carta atribuida a santa Teresa de Jesús, con supuestas virtudes milagrosas y por la que diversas personas y grupos de diferentes ideologías pugnan con encono, será lo que haga emerger todo ese escondido poso de amores y odios, que, como el magma volcánico que dio lugar a la naturaleza que sirve de escenario no inocente, por cierto a la novela, acaba derramándose en una trama que se desarrolla de forma creciente y acelerada hasta un final sorprendente.