Hoy en día, nuestra capacidad para construir mundos virtuales e incluso diseñar en el laboratorio sistemas vivos sintéticos ha dado un empuje inusitado a esta visión. Ya es posible experimentar la inmersión en realidades virtuales, y algunas de ellas ponen a prueba nuestra percepción de lo real. Existen robots evolucionados que son capaces de mentir, células artificiales que permiten diseñar circuitos vivos, y modelos que investigan cómo frenar el envejecimiento y detener el cáncer. Los mundos sintéticos nos acercan a los límites de lo posible, enfrentándonos también a nuevas preguntas y respuestas.