Dice también: ?Toda unión amorosa transforma. No solo porque participa del otro de una forma especial, sino porque, cuando la relación da paso a la unión, hay un contacto profundo que crea en las dos partes una cierta mutación que responde a la donación del otro. Este intercambio [...] transforma nuestra vida cuando se trata de la unión con Dios y nos va recreando desde el amor, que constituye su identidad más profunda?.
Desde la espiritualidad de san Ignacio, pero con la sensibilidad necesaria para dirigirse a un público amplio ?creyente y no creyente?, el autor nos lleva desde la búsqueda de sentido, la estimación y la aceptación de las propias limitaciones, hacia la valoración positiva del silencio (y de los silencios) para ?poner orden al mercado interior de tantas voces?.
Este es un libro que habla principalmente de amor. Lo define paso a paso, desde la sentencia de san Bernardo (verdaderamente habitamos más donde amamos que donde vivimos) hasta el definitivo ?Dios es amor? [...] que nos impulsa a estar con los que sufren, trabajar por las personas excluidas de la bondad de la vida, y todo ello transmitiendo serenidad, equilibrio y buen humor» (Tomado del prólogo de Xavier Masllorens).