Pensadora políticamente comprometida, Simone Weil escribió durante uno de los periodos más oscuros y difíciles de la historia reciente de Europa, situándose en el centro de los conflictos más decisivos y viviéndolos en primera persona. La importancia de su biografía no radica en el hecho de que sea más interesante que su obra, sino en que ésta se nutre de su propia vida, en la que la velocidad con la que se suceden los acontecimientos, por la época histórica que protagonizó y por la brevedad de su existencia, deja espacio, sin embargo, a los momentos de tregua que consiguió introducir en el centro de la acción. Si como activista política intervino en la historia de Europa de las primeras décadas del siglo XX, como intelectual fue capaz de detenerse a pensar y elaborar un diagnóstico de nuestra civilización a partir de su experiencia. Simone Weil supo estar, como protagonista y como testigo, supo ver lo que pasaba y supo decírnoslo.