Juana de Arco (1412-1431) en sus tan sólo 19 años de vida realizó una gesta jamás superada. En plena época de la Edad Media, siendo mujer y perteneciendo al Estamento social más bajo, no sólo fue capaz de cambiar el curso de la historia de Francia; sino que demostró algo que ha tardado más de 600 años en ponerse en práctica: el papel que la mujer puede desempeñar en el manejo del Estado y en la dirección del Ejército. Durante la Guerra de los Cien Años, condujo victoriosamente al ejército francés en las decisivas batallas de Orleáns y Patay; y contribuyó a la coronación de Carlos VII en la catedral de Reims. En 1431 fue hecha prisionera por los ingleses, condenada por un Tribunal eclesiástico afín a la causa inglesa y quemada en la hoguera en la ciudad de Ruan.