Viajes es la biografía itinerante de una mujer muy joven que tuvo la suerte de encontrar lugares, personas o situaciones extraordinarias, inesperadas, fuera de todo programa. Beatriz Sarlo ha traicionado su promesa de silencio biográfico y ha escrito los lejanos capítulos de una aventura latinoamericana. Los viajes de Sarlo no son los de la intelectual culta en las grandes capitales del mundo, sino el itinerario, ciertamente utópico pero nunca ilusorio, de la joven latinoamericana. Su relato capta la inmediatez de raras experiencias tal como fueron vividas. Sin saber bien por dónde avanzaba ni de quién eran las selvas y los ríos, llegó a una aldea en la Amazonia donde nadie hablaba español. Décadas después supo que había compartido la comida y bebida que le ofrecieron los hospitalarios miembros de una etnia jíbara. Con sus amigos de entonces, recorrió la puna para descubrir santos coloniales en iglesitas jujeñas y atravesó el altiplano de Bolivia en la caja de un camión que corría en la noche helada; bajó a la mina en Oruro; bailó en fiestas patronales y en bautismos. Peregrinó hacia la modernidad de Brasilia, de una capital que ya adoraba antes de conocer. Finalmente, cuarenta años después, hace un último viaje: las Malvinas. Y antes, al principio de todo, estuvieron los viajes de la infancia, el deslumbramiento profundo de los relatos y las costumbres. En Viajes, la autora modula una escritura íntima y portátil sobre las posibilidades de la memoria, el pulso autobiográfico y la recreación palpitante de América Latina.