Valdez y Palacios huyó del Cuzco en 1843 tras unos disturbios. Su casa fue asaltada y saqueada y sus bienes confiscados durante una revuelta, por lo que tuvo que escapar hacia la frontera de Brasil.
Atravesó las estribaciones de los Andes orientales y se internó en la jungla amazónica navegando en balsa.
El viaje fue una evocación de sus lecturas de Chateaubriand y Rousseau.