Argumento de Viaje a Nadsgar Ii
El amor es como un juego. Un juego de locos. Un juego de idiotas, un juego adictivo. En este juego lo más importante es no tener miedo a perder. Aquí sólo se gana arriesgando. Has de saber muy bien contra quién juegas y... lo que arriesgas. El amor es como una obra de teatro. Como un prestigioso intérprete, siempre fiel a su papel, sin flaquear. El amor tiene una y mil caras, pero sólo una de ellas no es una máscara. Curiosamente, esa es la última cara que debes mostrar. Hasta entonces has de elegir bien tus cartas, tus máscaras, tus trucos... El amor es saber ser bueno. Y también ser malo. Sobre todo eso último. El amor es algo inexplicable, pero todos lo entienden. Es duro, pero a todos les parece hermoso. Es efímero, pero a la vez es eterno. Es algo que todos sienten, pero aun así es único. Tan solo él puede hacer a un pobre rico y a un rico pobre. Es lo único que puede ser lo más bello y terrible a la vez. El amor es aquello que hace a los hombres escalar montañas y domar mares. Pero también es aquello que puede dañar en lo más profundo del alma. El amor es saber apretar una tuerca al máximo, justo antes de que se pase de rosca. El amor es un juego de tira y afloja. El amor es autocontrol. Es saber mantener tu postura aunque notes que te estés muriendo por dentro. Es esperar aunque quieras correr. Correr aunque quieras esperar. Es saber sentirte como un triunfador, pero también como un payaso. Es saber dar todo sin esperar nada a cambio. Es esperar mucho y sentirte abandonado. El amor es saber cerrar los ojos y saltar al precipicio, pero luego abrirlos mientras caes. Es vivir tu sueño y soñar tu vida. Pero teniendo siempre presente que todo sueño puede acabar en pesadilla.0