Maestro en el difícil género de la literatura viajera y gastronómica, Luján sabe reunir en una misma página alguna curiosa particularidad culinaria con una evocación cultural de altos vuelos, o la amena digresión sobre el paisaje otoñal con la visita comentada a algún secreto museo.
Es un auténtico placer para el editor rescatar ahora este hermoso texto, sin duda uno de los títulos de más grata lectura escritos por Néstor Luján. «La única justificación de este libro», escribía el genial gastrónomo en el prólogo, «es que a su autor, que se divirtió mucho viajando y escribiendo estos reportajes, le agradaría hacer partícipe al lector de esta honesta diversión, en la medida de sus frágiles pero bien intencionadas fuerzas.»