Tras varios meses de dolorosa recuperación, Grace recobra la fuerza física y la gélida belleza de antaño. Sus superiores temen que su mente y su personalidad hayan sufrido daños irreparables e intentan disuadirla de regresar al servicio activo, pero ignoran que Grace vive con una obsesión: localizar al hombre que estuvo a punto de destruirla y pagarle con la misma moneda. Y si para lograrlo tiene que cambiar de identidad, saltarse todas las normas y acceder hasta los niveles más altos, nada ni nadie podrá desviarla de su objetivo.