Crowley, a través de fuentes de primera mano y de su extenso conocimiento del mar, dibuja una vívida imagen de un pueblo intrépido y avaricioso, que supo heredar del imperio bizantino una gran astucia diplomática para las negociaciones pero que no rehuyó las grandes batallas navales cuando fueron necesarias. Desde la apertura de la Ruta de las especias hasta el enfrentamiento entre el cristianismo y el islam, Venecia desempeñó un papel destacado en los conflictos que definieron sus tiempos, cuyas reverberaciones todavía son palpables actualmente.