Contiene las evocadoras y personalísimas impresiones de la Ciudad Eterna que recogió Henry James durante más de treinta años. Las imágenes se suceden del bullicioso Carnaval al solitario Foro, de la Roma papal al Risorgimento, del abarrotado Corso a las solitarias iglesias, de los paseos a caballo a las excursiones en automóvil por la Campaña, de la Villa Borghese a la Villa Medici, o del Palazzo Barberini al Odescalchi.