Para lograr un mayor éxito en nuestras actividades diarias, es necesario desarrollar una serie de habilidades y conocimientos que nos permitan hacer bien todo, desde la primera vez y no tener que repetir nuestras acciones una y otra vez hasta lograr los resultados esperados. Si bien es cierto que la práctica hace al maestro, cuando se repite una acción para lograr un resultado, se pierden recursos representados en esfuerzo humano, en estabilidad emocional, en dinero, en tiempo, etc. Por lo tanto, para alcanzar una mejora continua es necesario planear, planificar, programar y prever lo suficiente antes de lanzar la primera idea, colocar la primera piedra, dar el primer paso o ejecutar alguna acción.
El planteamiento, es que usted tiene las habilidades pero debe optimizarlas al máximo para no fallar en el primer intento. Dicho de otra forma, los empresarios expresan que el realizar un reproceso es más costoso que hacerlo bien desde el primer momento, así como recuperar o hacer un cliente nuevo es cinco veces más costoso que conservar uno que ya lleva algún tiempo con nosotros.
Todos queremos triunfar, ser ricos y que nuestros planes nos faciliten el camino hacia el mundo de la prosperidad y la abundancia. Para lograr esto es necesario que todas nuestras acciones tengan el sello de planificación, esto es, que desde el inicio seamos conscientes de que es probable que fallemos y sin embargo, nuestro objetivo principal debe ser generar siempre los mejores resultados con la máxima calidad.
Las habilidades que usted tiene y que debe aprovechar son múltiples. Con todo, hay unas que son más relevantes y claramente definen el éxito de todo lo que emprendemos. Me refiero a habilidades cognitivas, tales como ser un buen observador, saber escuchar, identificar características comunes y diferentes en lo que nos rodea, clasificar los objetos de acuerdo con su función, evaluar y descubrir los riesgos potenciales y reales en el ambiente que nos rodea, manejar debidamente nuestras reacciones frente a un suceso o un hecho inesperado, observar, acatar e interiorizar las normas que la sociedad nos fija. Asimismo, aquellas que debemos cumplir frente a la ley o a los cánones de comportamiento en las empresas, el demostrar capacidad para tomar decisiones y comunicarlas a los demás y finalmente, una de las habilidades que más nos demandan una actitud positiva es la de adaptarnos al cambio.
El ejercitarnos todos los días en cada una de estas habilidades hace que logremos los objetivos paulatinamente. Todos tenemos una serie de habilidades, pero el nivel de destreza no es el mismo para todos. Algunos tendrán más fortalezas y habilidades que otros. Por ejemplo: a algunas personas les agrada cantar, pero para llegar a un nivel de destreza óptimo y desarrollar una buena voz, se requiere de un entrenamiento especial, como ejercicios vocales y respiratorios, así como la ayuda de algunas técnicas y de instructores. Lo mismo sucede con las habilidades que se plantean. Para llegar a un nivel óptimo se requiere de disciplina, de responsabilidad, de una práctica diaria y de un compromiso con la calidad.