«...había mares de perlas y flechas con la muerte pintad de azul en la punta; había muchachas bellísimas que se alimentaban de piojos; había ranas más venenosas que diez mil indios y serpientes en el fondo de los lagos, que tenían alianzas con el trueno; había muchedumbres guerreras más silenciosas que la niebla y legiones de cristianos avanzando con el credo en los labios entre aldeas de brujos y selvas mortales.»