El trayecto podría ser corto pero el viaje es muy largo: da un enorme rodeo para viajar a la corte de los Reyes Católicos, a los colegios pijos de la Inglaterra del siglo XIX, al despacho de Antonio Cánovas del Castillo, a la gabarra del Athletic de Bilbao, a los disparaderos de los misiles Exocet de la guerra de las Malvinas, a las trincheras de la de España, al palco del estadio Santiago Bernabéu, a la abadía de Montserrat, al puerto de Huelva, al plató de Sálvame, a la portería guardada por John Bonello en el estadio Benito Villamarín de Sevilla el 21 de diciembre de 1983, a los batzokis del PNV, al Estadio Olímpico de Amberes, a las redacciones de Marca, As y El Mundo Deportivo, a las gargantas de Víctor Hugo Morales y Matías Prats padre...