Lord Risley había hecho una apuesta con sus amigos: intentaría llevarse a la cama a la actriz Madeleine Charron. Para ganar la apuesta la llevó a cenar y descubrió que esa hermosa mujer, toda una dama, despertaba en él sentimientos que no debería albergar. ¿Cómo contemplar la posibilidad de casarse con alguien que no pertenecía a su clase social?
Madeleine deseaba ser aceptada en sociedad, pero no estaba dispuesta a convertirse en la amiguita de nadie para conseguirlo, lo que suscitaba en ella una pregunta: ¿qué era más importante: el amor o la reputación?