Este libro se compone de una cuidada selección de artículos desde la juventud hasta la madurez del autor. Esta circunstancia tiene un valor especial, teniendo en cuenta que el propio Maeztu relegó al olvido su producción anterior a 1916, fecha que él tenía como de su conversión. Una conversión, como explicaba su propia hermana, no a la manera que se entiende vulgarmente, sino de la conversión en su auténtico, etimológico sentido, la del hombre que encuentra, al fin, su camino.