El renacimiento o, si se prefiere, la renovación cultural del siglo XII es producto de una serie de circunstancias sociales que se pueden sintetizar en tres factores principales: el desarrollo económico y mercantil, la expansión demográfica y el apogeo urbano. Dichas circunstancias parecen mostrar la decadencia del sistema feudal y la apertura a la sociedad moderna.
Al resurgimiento literario y filosófico, le acompaña el metodológico. La lógica aristotélica se convertirá en un instrumento necesario tanto en los debates teológicos (recordemos las disputas entre dialécticos y antidialécticos) como jurídicos (distinción entre derecho civil y eclesiástico). Según Melquíades Andrés, la teología que se realizará a lo largo del siglo XII se comprende bajo el signo de la lógica. Será la lógica de Aristóteles, ya no presidida por el viejo esencialismo o la inmanencia griega, la que se convierta en una técnica imprescindible para una sociedad que, a pesar de sus fórmulas feudales, ya muestra una clara mentalidad ciudadana y mercantil.