A través de sus propios recuerdos y los de familiares, Jorge M. Reverte reconstruye el día a día de un niño en el Madrid de la posguerra.
El enorme peso de la ideología católica, y del franquismo que había triunfado apenas unos años antes en una guerra extremadamente cruel, recorre cada una de estas páginas para ofrecernos un retrato sociológico de la vida en España.
A la guerra la siguieron el miedo, el hambre y la miseria, pero la infancia de Reverte y sus hermanos fue feliz, como solo un niño puede serlo ante la adversidad. Un retrato duro y emocionante que nos hace revivir una época tan lejana como presente.