En este artículo abordamos el dilema de las prácticas y las mentalidades de la Curia romana que se han mantenido en oposición a las directrices del Vaticano II. Tratamos el bienvenido regreso al espíritu de reforma, las razones de su permanente necesidad, los complejos factores que subyacen en la divergencia entre la perspectiva conciliar y la curial, e indagamos en algunas de las áreas más significativas y representativas de esa divergencia. Usaremos la teoría de la disonancia cognitiva como un medio fructífero de interpretar la divergencia entre el Concilio y la Curia. En nuestro estudio adquieren una gran importancia las cuestiones del diálogo, la participación y la corresponsabilidad en la Iglesia. En particular, la colegialidad y el apostolado de los laicos indican una divergencia aún mayor en relación con la comprensión y la práctica del magisterio, que, a su vez, apunta a diferencias aún más graves y fundamentales entre la visión eclesiológica del Vaticano II y la que ha dominado en Roma en los últimos tiempos. Una autocompresión más humilde y servicial de la Curia, combinada con una vuelta a la teoría conciliar, que responda a las circunstancias del mundo del siglo XXI, podría ofrecer la gran esperanza de que finalmente el Concilio se pusiera en práctica de cara a un floreciente futuro para la Iglesia.