Su mujer se llamaba Magda. Lo fusilaron entre dos ladrones. Resucitó. Era cabo de un regimiento francés que en la Primera Guerra Mundial se negaba a atacar al enemigo, en un imposible intento de aplicar los principios del pacifismo en pleno campo de batalla.
Una fábula, que se publicó por primera vez en 1954 y fue galardonada con el Premio Pulitzer, es una de las novelas grandes de William Faulkner; y una de las visiones más críticas, despiadadas y lúcidas que del mundo y la guerra se han dado nunca.
Este libro desolador (porque además es verosímil, a pesar del esperpéntico absurdo en que va enmarañándose su desarrollo) transmite, sin embargo, la esperanza. El hombre prevalece. El destino se ocupa de vengarlo, con un desenlace glorioso.
Esta es la novela que podría acabar con todas las guerras si los gobernantes enloquecidos leyeran novelas.
Mario Vargas Llosa dijo...
«Entre los escritores modernos, probablemente William Faulkner (1897-1962) haya sido el que ha ejercido mayor influencia.»