Este libro, motivador y de fácil lectura, está lleno de anécdotas e historias vividas por su autor tras muchos años en las aulas como profesor y como director de varios centros educativos. Escrito en torno a centros de interés de la profesión docente, cierra cada capítulo con una serie de preguntas que invitan al profesor a reflexionar sobre su desempeño profesional y a compartir estas reflexiones con sus compañeros de trabajo.
Su autor nos ofrece una mirada positiva y esperanzadora sobre el trabajo cotidiano del profesor y que nos recuerda todo lo que un auténtico educador puede hacer por cada uno de sus alumnos y alumnas.
Extracto del índice:
1. Trabajamos para nuestros alumnos. Una escuela para cada estudiante. Conseguir que los estudiantes se preocupen por su educación.
2. Oportunidades para que los estudiantes tengan voz. Las escuelas son para los alumnos.
3. La relación interpersonal. Educar, una profesión persuasiva. Mantener siempre cada vela encendida.
Dedicar tiempo a cada estudiante.
4. Enseñar y aprender. Aprendizaje reflexivo. Comunidades de Práctica y de Aprendizaje. Rasgos de los profesores excelentes. Dirección y control de la clase.
5. Principios para ser un profesor excelente. Tener capacidad resolutiva. Ser persona reflexiva. Ser rigurosos en la tarea. Actuar con respeto. Responder siempre. Establecer rutinas. Ser un modelo para los estudiantes. Evitar el estrés. Actuar con responsabilidad. Tener amplias expectativas. Ser resilientes. Considerar la enseñanza como recompensa de sí misma. Jugar en equipo.
6. Contemplar la educación desde una perspectiva más amplia. ¿Estamos dispuestos a comprometernos con la mejora escolar?