Casio, siguiendo el rastro que deja el asesino, y acompañado por su guardaespaldas, el exgladiador Indavara; su fiel sirviente, Simo, y la testaruda hija de Mémor, Annia, tendrá que embarcarse a bordo de una nave capitaneada por un curtido y peligroso contrabandista cartaginés.
Después de una infernal travesía, el rastro del criminal los llevará hasta uno de los rincones más alejados del imperio, a una ciudad en ruinas donde las reglas de la civilización romana han sido olvidadas hace ya tiempo. Allí, Casio se tendrá que enfrentar a un brutal e implacable enemigo, que no dudará en acabar con él a cualquier precio.