Cuando Rachel Manning pidió aquel deseo, no esperaba convertirse en madre inmediatamente. ¡Si ni siquiera tenía novio! Pero ahí estaba, era la madre temporal de aquel precioso bebé... hasta que apareció en su puerta el tío de la pequeña, el exigente y guapísimo Jake Fletcher. Como guardián legal de Emma, Jake tenía todo el derecho del mundo a estar allí... Y no pasó mucho tiempo antes de que Rachel y él empezaran a compartir mucho más que los biberones de medianoche. El sensato ranchero no creía en los finales felices, pero aquella mujer tenía algo que le hacía creer en cualquier cosa.