Entre todos estos personajes hay que destacar, sin duda, mujeres indomables como Caterina, quien, para que su futuro esposo, Carlo Fallaci, pueda identificarla, acude a la feria de Rosìa con un sombrero lleno de esperanzas y la única esperanza de que su futuro marido le enseñe a leer y a escribir, un modelo, sin duda, para la personalidad de la autora.
«Una bella y emocionante historia Hislibris
«El testamento de una mujer irrepetible» El Cultural