Sarah Rossiter llevaba años enamorada del ganadero Reid McKinnon. Habían sido felices juntos hasta que Reid de repente rompió con ella, dejándola perpleja y con el corazón roto. Reid había descubierto algo que le hizo jurar que no sería nunca marido ni padre. Pero cuando Sarah decidió, a regañadientes, empezar una nueva vida lejos del Valle de las estrellas, Reid supo que debía actuar con rapidez o se arriesgaba a perderla para siempre.