La obra muestra el compromiso de la autora en la línea trazada por el papa Juan Pablo II con su reciente carta apostólica Novo Millennio ineunte : "Es el momento de proponer de nuevo a todos con convicción esta 'alta medida' de la vida cristiana. La vida entera de la comunidad eclesial y de las familias cristianas debe ir en esta dirección [la santidad]".