El príncipe Gerd Crysander-Gillan estaba encaprichado de la bella Rosie Matthews desde hacía tiempo. Pero tres años antes, su deseo se había convertido en rabia cuando descubrió que Rosie parecía preferir a su hermano. Ahora, Gerd se había convertido en Jefe de Estado del Gran Ducado de Carathia y necesitaba una princesa. La candidata más obvia era Rosie, que le ofrecía la ocasión perfecta para vengarse por una herida que nunca había llegado a sanar. Pero cuando se acostó con ella, se llevó una sorpresa: Rosie seguía siendo virgen?