Argumento de Un Preso que Hablaba de Stanislavski
Un preso que hablaba de Stanislavski es uno de esos títulos sudamericanos, que prometen una historia seductora con la que tomarse un mojito y mecerse a la fresca de la tarde, pero es más; es la historia del detenido Delio Boix, quien había hecho teatro y cine, pero la mayor parte de las veces era el teatro lo que le llenaba hasta el borde el vaso de las horas muertas. Es un hombre duro, "yo también tengo genoma, y se me está hinchando", que cree que ya lo ha visto todo en la vida hasta que descubre que hay un policía para demostrar que el límite de la ineptitud puede ser superado. La raíz de sus males podía estar en una mujer, Estela, un animal asustadizo, turbador y salvaje en distancias cortas; o en Eva, quien debía ser su amante, De ser cierta la sospecha, ella sabría cualquier cosa que les faltase en la investigación. Y todo era entonces Eva, presagio o retorno de Eva, Eva en el sofá leyendo acostada, Eva comiendo una manzana indiferente a cuantos paraísos pusiese en peligro. Es la historia de un amigo que pasó de la falange a la barba revolucionaria y la cultura, de teatros, la historia de Delio, un Pigmalión que crea mujeres de la nada. El origen de todo está en Stanislavski, aunque no lo sabíamos; el mejor amigo del hombre es el cigarro que te quema las entrañas. Estamos ante una novela que atrapa al lector, con su tempo y su atmósfera, que junto con la profundidad regalar al lector el simple placer de la lectura.0