Aquí el protagonista es un viejo conocido, Juice Terry Lawson, que ya había asomado la jeta en Cola y Porno . Resumamos sus credenciales: de profesión taxista, pero también chulopiscinas e incansable seductor de tías buenas, traficante de drogas, encargado de una sauna regentada por mafiosos, adicto al sexo y actor porno amateur, que rueda películas cutres para la web de SickBoy.
Y mientras un tremebundo huracán amenaza con arrasar Escocia, Terry se ve envuelto en andanzas de lo más variopintas: se reencuentra con una antigua amante en un funeral; ayuda al simplón Wee Jonty a buscar a su chica desaparecida, la hermosa Jinty Magdalen; lleva en su taxi a una joven dramaturga suicida; le detectan un problema de corazón que le obliga a guardar abstinencia sexual, y hace de chófer para un americano llamado Ronald Checker, rico promotor inmobiliario y presentador de un exitoso reality (sí, el personaje tiene evidentes paralelismos con Donald Trump) que ha venido a Escocia en busca de un exclusivísimo y carísimo whisky...
Un polvo en condiciones es Welsh en estado puro: desmelenada, escatológica, pornográfica, lisérgica, iconoclasta, argótica y descacharrante. En ella, el lector que no se amilane ante las emociones fuertes se encontrará con escenas de incesto, violación y necrofilia, ¡y hasta con un par de inauditos capítulos en forma de pene!