"Qué bello era el Tánger que vio nacer nuestro amor, con su playa deslumbrante, la algarabía del zoco chico, los dancing clubs en que me hacía volar sobre la pista, los restaurantes al aire libre, los salones de té. Éramos los españoles de Tánger, éramos algo en esa ciudad en la que los marroquíes ponían la nota exótica y nos hacían la vida más fácil. Estábamos rodeados de franceses, ingleses, italianos, y mientras en el mundo nuestro país era ninguneado, aquí nos tuteábamos con toda Europa."