El encantador Billy acaba de morir. Pero sigue más vivo que nunca en la memoria de su familia y de sus amigos. En su velatorio todos están de acuerdo en que Billy Lynch había sido un gran tipo, por lo menos en las cada vez más escasas ocasiones en que estaba sobrio. Pero de eso nadie quiere acordarse porque, en el fondo, comprenden que Billy cargó toda su vida con el secreto dolor de la muerte de Eva, su prometida irlandesa que regresó a Irlanda para cuidar de sus padres y nunca más volvió. Más tarde él conocería y se casaría con la amable, resignada y siempre comprensiva Maeve. Pero las familias siempre esconden secretos bien guardados. De hecho, Billy había confesado a Dennis, su primo y mejor amigo, la verdadera naturaleza de su dolor, confidencia que éste le había prometido no revelar nunca. El caso es que, durante un viaje a Irlanda treinta años después de la desgracia que ha destrozado su vida, al visitar la tumba de Eva, un fantasma del pasado le revela la cruda realidad. . .
Un hombre con encanto recorre los lados del particular triángulo conformado por las vidas de Billy, Maeve y Dennis y narra con maestría y sin piedad cómo en toda familia arden heridas que nunca llegan a cicatrizar.