Esta novela continúa con la historia que se inicia en Un pueblo perdido, el segundo libro de la saga. La lucha contra los mercaderes, que son dueños de todos los recursos en la mayor parte de la Tierra Conocida, adquiere características de revolución. Esta vez, el pueblo logra una unión para reclamar sus derechos y libertades.
La tarea de encontrar a los mercaderes cada vez resulta más complicada. El tiempo apremia y los obstáculos se multiplican. Además, ¿realmente atraparlos cambiaría la vida de la gente que vive en la miseria debido al sistema que estos han creado?
Mientras tanto, el centro de Brarbandir comienza a agitarse. Los rebeldes sorprenden a todo el país al dar un golpe decisivo para el futuro, demostrando que cada vez son más, que sus ideales hacen eco en las mentes de sus vecinos y que una gran parte del pueblo los apoya, amenazando el dominio y el terror impuesto por los mercaderes desde hace décadas. Sin embargo, el rey cuenta con la ayuda de las grandes potencias de Mirthad. Pronto el conflicto se expandirá e, inmersos en la revolución, los personajes verán amenazados sus ideales; surgirán tensiones, cada uno pugnando por que la lucha no deje de lado sus principios, lo que hará que el verdadero reto sea permanecer unidos en una situación que requiere mucho de cada uno.