Sin embargo, todo cambia cuando le proponen un papel en una obra de teatro de Shakespeare en Londres. Es una oportunidad para demostrar al mundo que ella no es sólo una cara bonita y, ¿quién sabe?, podría conocer a un apuesto inglés del que enamorarse que no se acercara a ella sólo por aparecer en la prensa.
Pero en Londres nada es como ella espera que sea, ni siquiera lo es su estirado casero, Ed Hawkshead, que le hace la vida imposible. Paige tendrá que espabilarse rápido, comenzando por perder su acento norteamericano, si quiere que el mundo la considere una actriz seria.