Argumento de Un Edificio sobre el Mar
Encuadernación: Rústica
El mar y el amor, dos inmensidades, dos mundos sonoros y metafóricamente, asimilables. La calma y el furor, la belleza y el dolor, dos en uno que ilustran un ente único, que se convierte en una construcción, en edificio alternativo a los acantilados de peligros afilados que contonean las aguas y a las rutinas decadentes que ahogan al amor. Sobre la base de naufragios, ya sufridos, pero con la fuerza que dona el corazón y con ese aislamiento necesario en el trabajo de levantamiento de una casa de dos, así se construye Un edificio sobre el mar, donde lo único real y verdaderamente inmenso es sólo el amor en toda su totalidad; porque fuera de él, siempre se vive a la deriva.
En la simbiosis amatoria
que nos pinta el destino,
nos colgamos del aire y bailamos al pulso
del corazón más grave,
emergiendo en La Danza que imaginó Matisse,
suaves y con cadencia, dejando la quietud
en la tierra mordida por lo yermo.0