En la primera parte del volumen, el autor nos relata, mes a mes, las temporadas que pasa en su refugio contra la excesiva modernidad: una vieja granja de Wisconsin entre cuyas paredes y en los bosques que la rodean, alejado de la interminable plétora de bendiciones materiales del mundo contemporáneo, encuentra su alimento sagrado. En la segunda parte del libro nos narra algunos de los episodios que han marcado su vida desde el punto de vista de la ecología y el activismo medioambiental, y que, a lo largo de cuarenta años y un continente, le han permitido constatar la profunda herida que estamos causando a la Tierra. Finalmente, en la última parte, Leopold nos propone una reflexión lúcida y profunda sobre los caminos posibles para recrear nuestra relación con lo vivo, a través de la primera teoría para una ética de la tierra. Con millones de lectores a lo largo de varias generaciones, éste es uno de los escritos más importantes e influyentes de la historia de la ecología y el conservacionismo.