Kay Scarpetta viaja a Dublín para investigar una serie de asesinatos cometidos en Irlanda diez años atrás. Éstos presentan algunas similitudes con el caso del Carnicero, que ha sumido en el pánico a los habitantes de Virginia.
De vuelta en Estados Unidos todo se precipita: el torso de una mujer aparece en un vertedero con los miembros amputados e inquietantes señales de herpes en determinadas zonas.
Todo parece indicar que se trata de asesinos distintos, hasta que la doctora Scarpetta recibe el primero de una serie de macabros mensajes por correo electrónico firmados por «muerteadoc».