Dirigiéndose a la mente y al corazón, insta a la humanidad a que considere la delicada situación del mundo actual y a que trabaje para remodelar las actitudes que contribuyan a una sociedad mejor. Sus palabras de esperanza ensalzan el espíritu humano y afirman que nuestro potencial, siempre presente, puede transformar al individuo y a la sociedad.