Usted se encuentra atenazado en los límites de su realidad inmediata; acepta las presiones, los ajetreos de ésta como si fueran lo natural, la única vida posible. Pero existe otra realidad, una realidad más plena y dichosa a la que usted puede acceder simplemente despertando su otro yo. Reconocer y aceptar la guía de ese yo sagrado le permitirá situarse por encima de las dificultades cotidianas, no para desdeñarlas, sino más bien para abordarlas en sus justas proporciones; además, le permitirá irradiar esa recuperada lucidez, de modo que podrá transmitirla a otros.