¿Has estado alguna vez tan enfadado que eso de ponerte a golpear las cosas te relajaba? ¿O tan ciego que te creías que eras más cuando no lo eras? En los últimos años yo me he sentido así. Viajando entre la furia y la indiferencia sin paradas intermedias. Hay quienes me odian por eso y a los demás les doy miedo por el mismo motivo. Ya nadie puedo herirme, nada me importa, nadie me importa. Salvo Tatum. La quiero tanto que la odio. Hubo un tiempo en que éramos amigos, pero me di cuenta de que no podía confiar ni en ella ni en nadie. Así que le hice daño. La aparté de mí. Pero sigo necesitándola. Cuando la veo me centro y lanzo todo el odio que siento sobre ella. Me gusta meterme con ella, retarla, acosarla? lo necesito como el comer, como el aire, como si eso fuera la última parte de mí que hace que siga sintiéndome humano. Hasta que un día se fue. Se fue a Francia durante un año, y cuando volvió ya no era la misma. No, ahora, si le doy, me la devuelve.
Penelope Douglas es una autora de best sellers de The New York Times, USA Today, y Wall Street Journal. Vive en Las Vegas con su marido y su hija. Cuando no está escribiendo, la encontrarás limpiando cosas que ya le dijo ayer tres veces a su amada hija que limpiara o comprando por internet. Sus libros incluyen la serie Fall Away.