Proponemos una manera de hacer que tiene en cuenta a las personas, las plantas, los animales y todo ser viviente. Por eso, renunciamos a contaminar con plaguicidas, fertilizantes o cualquier otro veneno o producto no natural.
Elegimos semillas biológicas para mantener los cultivos tradicionales siguiendo los ritmos de la naturaleza. Y nos aliamos con los insectos, para mantener una armonía vital en los cultivos.