No sabía si debía echarle el lazo o dejarla marchar...
Hope DuMaine era joven, rica, bella... además de muy poco adecuada para el duro ranchero Jake McBride. Entonces, ¿por qué afirmaba que en aquel rancho se sentía como en casa? ¿Cómo se atrevía a desplegar todos sus encantos con él como si fuera el único hombre en el mundo? Aquella mujer lo estaba volviendo loco. Cierto era que tenía una sonrisa tan pura como la puesta de sol y sus besos eran dulces como la miel. Pero, ¿qué iba a hacer Jack con una mujer como Hope?