A los gemelos de ocho años de la doctora Emma Garvey les encantaba alborotarlo todo. Pero cuando urdieron un plan con Dillon, el hijo del vecino, para desaparecer con un bebé que habían encontrado en el parque, fue la gota que colmó el vaso. La búsqueda de los niños hizo que la tranquila pediatra no sólo perdiera el control, sino que empezara a enamorarse de Jackson Tate, el padre divorciado de Dillon. Quería un final feliz, pero entonces apareció la ex mujer de Tate. Por supuesto, Emma estaba más que dispuesta a compartir a tres niños y un bebé, pero no iba a dejar que nadie más se acercara al hombre con el que pretendía casarse.