Por un momento, podríamos cambiar el enfoque y plantear que el conflicto y el debate que genera el hecho trans en nuestra cultura es la transfobia. La cuestión a investigar no sería entonces el porqué hay individuos trans sino el rechazo social que estas personas generan. No serían ya nuestros cuerpos el objeto de estudio, sino la sociedad y nuestros referentes culturales. La pregunta clave sería, por tanto, ¿cómo y por qué existe la violencia hacia las personas que viven identidades de género fuera del binomio hombre-mujer?
Este es el punto de partida de una reflexión que se abre como una inquietud en torno a la transfobia, y la convicción de que es posible erradicarla.